Tot i si més no…
Retorno de vacaciones. Y con ganas de encontrarnos, los que ya hemos vuelto de la diáspora estival, algunos ya metidos en su gran papel familiar de yayos per a tot, con nietos a media jornada… una matinal de arte, una presentación de lujo, el 16 en el Colegio. La docta Dolores García Ruiz, divulgadora de arte y caudal de saberes, escritora premiada y reconocida como representante en España de la MONA LISA FOUNDATION DE ZURICH, quien no sólo ha presentado en la UNESCO todo cuanto hace referencia al símbolo, que a nosotros -dos docenas ese día- nos ilustró sobre las relaciones que la ligan a Valencia. Precisamente nos regala una prenda hallada en textos de Bartolomé de las Casas, cuando dice “Cristobal Colón era en 1477, un Agente Comercial de CENTURIONE” quien representando a esta empresa italiana, tenía contactos con Luís de Santangel. Ya sabéis, factotum de la tesorería de la Corona de Aragón. Claro que Colón se preparó con estudios de marinería, desde que propuso al Rey de Portugal su proyecto, que al final encontró aquí quien lo avalara definitivamente. Le empujaba su espíritu: la idea de encontrar nuevos productos, para comercializar. La Llonja dels Mercaders i el Colege de l’Art Major de la seda, guarden memòria, d’aquells temps.
Para la iconografía universal: La Mona Lisa, la Gioconda, esposa de aquel Giocondo, potentado del textil, quien podía permitirse encargar a Leonardo Da Vinci que pusiera su rostro sobre lienzos inmortales. Su cara que incluso ilustra papel moneda, sin llevar joya alguna, es cuestión aparente, perque el seu gipó de vellut de seda natural, teixida en Valéncia, era més valuós que cap perifoll d’orfebreria. Gran comercio hubo entre Valencia, Florencia, Génova, Venecia… Total, una charla de primera, para un selecto auditorio.
El martes 19, la mala suerte que tres días antes casi me hace desistir del viaje previsto, nos brindó la oportunidad de gozar de inmejorable jornada. No nos admitían en el restaurant. La solución tomada sobre la marcha, fue un éxito: almorzamos a voluntad y muy bien en El Canario; bajamos con el bus hasta lo más profundo del Cabriel, admirando el paisaje tan particular de verdes pinos, arcillas y breñas: las hoces frente a la imponente presa de Contreras, con el recuerdo de las incontables curvas que separaban Valencia de Cuenca; a las 13,45 h. ya estábamos en la bodega Chozas Carrascal. María José López Peydró, la nieta de, nuestro buen cliente Julián López y enóloga, se había apiadado de nosotros y en vez de la prevista cata nos sorprendieron con una extraordinaria comida, maridada con los distintos vinos, pero sobre todo acompañados y guiados por su padre, como anfitrión y bodeguero entusiasta y entregado a su vocación: elaborar buen vino y degustar su espíritu con amigos.
La finca y su bodega son ejemplo de gusto, de constancia y experta dedicación. Para la mayoría una lección vitivinícola, para otros un ejemplo familiar que ya exporta al mundo entero sus potencialidades como pago y garantía de producto. Para los presentes una suerte el vivirlo aquel dia.
Pensábamos cerrar el trimestre asomándonos a la Feria Hábitat, pero la suspensión oficial de su inauguración nos hurtó un 29, que prometía. Suerte que las actividades de promoción, con centros universitarios y formativos, se han podido recuperar, como ya se cuenta aquí . La mejor siembra dará buena cosecha.
Vicent Ramon Calatayud